La princesa burlada

Hubo una vez una princesa llena de hermosura, lisura, gusto y elegancia, sensibilidad e inteligencia, con mucha iniciativa e inventiva, además de ser muy emprendedora en su quehacer diario. Vivía en un edén de gracias y oportunidades que no envidiaba al de los primeros padres de la Humanidad, pues nada le faltaba y todo aSigue leyendo «La princesa burlada»

La princesa y su príncipe azul

En un pétreo bastión, lleno de telarañas y estancias sombrías, vivía una Princesa amorosa de hermosa y explendorosa figura. Hervía en deseos de amor y ser locamente amada, por lo que se embarazaba noche y día con sueños románticos y ardorosas fantasías, porque de amor se moría. En su corazón poseía el sueño de conseguirSigue leyendo «La princesa y su príncipe azul»

A la princesa encantada que mora en un castillo lejano

Pobrecita Princesa, la de los ojos soñadores bonitos y carita de niña, que estás presa en tus oros regalados, que estás guardada en tus tules envejecidos, que estás prisionera en una fría jaula de mármol de tu palacio desteñido de floración primaveral. Un palacio soberbio que protegen tus guardias, que custodian cien mercenarios con puntiagudasSigue leyendo «A la princesa encantada que mora en un castillo lejano»

Hubo una vez…

Hubo una vez una Princesa locamente enamorada de un aldeano, y su padre, el Rey, la castigó encerrándola en su habitación con siete llaves hasta que renunciara a esa querencia inapropiada por clase social. Ella, fiel a su corazón, no desistía de su amor por aquel hombre sencillo, al que enviaba misivas arrojadas por laSigue leyendo «Hubo una vez…»

La princesa compungida

Hubo una vez una Princesa que en un rincón de su alma se refugió en su Castillo Dolido, cerrando puertas y ventanas para gozar de total obscuridad. Llena de los dolorosos achaques de sus pensamientos rumiantes, la Princesa todos los dias, a todas las horas, dia y noche, como las cuentas de un rosario, asíSigue leyendo «La princesa compungida»

Encuentro de amor de la princesa renacida

Pasaron los días de la Princesa Renacida empleada en cuidar y embellecer su castillo edén de plantas y flores, y un día inesperado otra vez apareció su juglar tan solo para arrojarla una misiva escrita con tinta rosa en hoja del mismo color, desapareciendo al instante sin más. Era una cita de amor. Sin pensarlo,Sigue leyendo «Encuentro de amor de la princesa renacida»

La princesa apenada

Erase una vez una Princesa feliz encerrada en un enorme castillo de papel construido, piedra a piedra, ladrillo a ladrillo, teja a teja con letras, palabras y versos hermosos. La Princesa nunca se aburría ni sentía soledad en su palacio lírico, por lo que dia tras dias se entretenia en hacer más y más estanciasSigue leyendo «La princesa apenada»

La princesa doliente

Había una vez una Princesa Doliente, tristemente olvidada en su castillo dorado, lleno de apenadas sombras que la acompañaban. Dolientes eran sus ojos de rosas ajadas, dolientes sus labios de rocíos pasados, doliente el bello jardín de su cuerpo otoñal, dolientes sus sueños perdidos, dolientes sus apagados deseos de cenizas ardientes, dolientes sus ilusiones encerradas,Sigue leyendo «La princesa doliente»

La princesa bígama

Cuentan que una Princesa de un lejano lugar se enamoró de un veterano juglar, aún cuando en un dedo de su mano exhibía un ostentoso anillo de oro, con un soberbio diamante, que denotaba que pertececía a su Señor feudal, unión a la que se vio obligada por los padres por su razón aristocrática, siendoSigue leyendo «La princesa bígama»

La princesa ardiente

Contaban que una vez, en el reino de un Principado, el día del cumpleaños de la Princesa, un juglar fue invitado a obsequiarla con unas canciones. La agraciada, casada con su Señor, siendo fémina nada joven sino de edad madura, no por ello carecía de muy atractiva hermosura. Sucedió que las baladas del poético trotacaminosSigue leyendo «La princesa ardiente»

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