El alumno aventajado (I parte)

Dijo el profesor de un Taller de Escritura: —Hoy quiero de vosotros una composición muy erótica. Así que pluma a la obra. Ahora bien, su extensión no podrá ser superior a un folio. Tendréis que condensar. Quedo impaciente por leer vuestras creaciones. Entonces, uno de los alumnos se despachó el blanco papel con la siguienteSigue leyendo «El alumno aventajado (I parte)»

Desnuda confesión de un pintor

Estaba escrito que yo tendría que pintar desnuda a aquella bella dama desde el mismo momento que nos conocimos, pues no solo no fue nada indiferente a mi presencia sino que no despreció ninguna ocasión de insinuarse, con finura y elegacia, destacándome sus hermosos dones femeninos. Sí, siempre provocativa con posturas inocentes, resaltadas con escogidosSigue leyendo «Desnuda confesión de un pintor»

La princesa ardiente

Contaban que una vez, en el reino de un Principado, el día del cumpleaños de la Princesa, un juglar fue invitado a obsequiarla con unas canciones. La agraciada, casada con su Señor, siendo fémina nada joven sino de edad madura, no por ello carecía de muy atractiva hermosura. Sucedió que las baladas del poético trotacaminosSigue leyendo «La princesa ardiente»

La flor

Una flor recién despertadaen la calurosa Primaverasintió el ardiente deseode entregar su dulzuraa su soñado volador,anhelando que con amorembarazara su húmeday fantasiosa pasión. Con sus hermosos ojosbuscaba y buscaba,en el cielo azulado,a su fogoso germinador. Un maduro colibrí,volando y volando,buscaba y buscaba,la miel de una fresca,hermosa y preciosaflor apasionada,qué gustosa le donarasu delicioso interior. Así,Sigue leyendo «La flor»

Sed

En una calurosa tarde de veranosentí sed y busqué congratularlaen un bonito y exhuberante jardín. Llamado por el rico aroma de sus floresno dudé, antes de intentar satifacerla,besar con amorosa dulzura sus rosas. Embriagados mis labios con sus pétalos,disfrutando de su aromatica suavidad,las gocé con besos húmedos en su piel. Sí, en una tarde deSigue leyendo «Sed»

La princesa otoñal

Dicen que hubo una vez, en un lugar lejano, una Princesa Otoñal enterrada en hojas secas y flores ajadas, en las penosas estancias de un castillo desvencijado, soberana descuidada de sí misma, que su vida entristecida sus días gastaba. Tendida en su cama de heno amarillo, rodeada de paja por el tiempo en su lechoSigue leyendo «La princesa otoñal»

El juego de Adán y Eva

Era una noche con luna nacaradacuando ella, festiva, me preguntó¿quieres jugar al juego de Adán y Eva? Yo le dije que sí sin saber cómosería el juego de Adán y Eva,esperando que ella me lo dijera. No sé si lo que ella hacía inclinada era jugar al juego de Adán y Eva, pero sí queSigue leyendo «El juego de Adán y Eva»

Yo, mujer, no soy

Yo, mujer, no soy un montónde huesos, carne y piel. Yo, mujer, soy un ser de luzcomo tú también lo eresaunque hoy estés apagada. Por eso, porque soy un ser de luzyo te encederé para que ardas,yo te iluminaré para que brilles,yo disiparé tus oscuras penumbras,yo seré la candela de tus días,de la luminosidad deSigue leyendo «Yo, mujer, no soy»

Son

Son dos lomasde terciopelocon cumbresque llevan al cielo. Son dos nubesde blanco marfílde piel tan suavecomo dos pétalosde silvestre amapola. Son dos rosasanaranjadasde un ocultadobonito jardínllenos de ricosy sabrosos aromas. Son dos pedazosde la Vía Lácteamanando vidade gustoso sabor. Son dos Musasque inspiranamor, poesíay erótica emoción. Son dos templosdivinizados;dos altaressagradosque invitana santificarlos. Son dos dulcesazucaradosdeSigue leyendo «Son»

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