El castigo de Prometeo

Por pluma del teatrólogo Esquilo, en su obra «Prometeo encadenado», su autor dice: «Ahora, lo que me preguntáis, por qué causa me hiere, os lo aclararé. En cuanto Zeus se sentó en su trono celestial, en seguida distribuyó entre los dioses sus privilegios, a cada uno diferentes, y organizó su imperio; pero no se preocupóSigue leyendo «El castigo de Prometeo»

Así habló Calíope

Así habló Calíope a Adonis, disputado por Afrodita y Perséfone como el amante ideal deseado por todas la mujeres, varón de perfecto físico, radiante como Apolo, varonil como Hércules, atractivo como Narciso, de azules ojos como la boveda celeste, de cabello dorado como las espigas de trigo y de seductora voz: —He sido elegida porSigue leyendo «Así habló Calíope»

El divino jardín

!Oh, mi diosa Hera!, cuando ante mis extasiados ojos me abriste la puerta de tu escondido edén y desnudas vi las generosas florestas de tu pénsil, de pronto, me sentí como un bebé ansioso de esas maravillas lechosas. Fascinado en ese celestial vergel me recreé en el exuberante paisaje que ante mi mirada se mostraba.Sigue leyendo «El divino jardín»

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